Una de las críticas más comunes que se oye contra la oposición al presidente Petro es que no hay estudios serios para contradecir las propuestas oficiales, salvo el miedo que se pretende crear en la mayoría de la población, que ve y escucha asombrada todos los infundios que proclaman los voceros de los partidos tradicionales. Por ejemplo, si se habla del tema de reformas laborales, solamente dicen que se perderá empleo y que no habrá cómo pagar las nuevas cargas que impondrá el cambio legislativo; si discuten el proyecto sobre la salud de los colombianos dicen que no habrá cómo cubrir el aseguramiento especialmente para enfermos de alto riesgo, pero agregan que los problemas vienen desde gobiernos anteriores que no modificaron la UPC; si expresan preocupaciones sobre el tema pensional, allí sí es Troya, porque alborotan con la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones, la destinación de las pensiones a otros usos y la imposibilidad de que miles de colombianos obtengan ese beneficio que es producto del ahorro de los propios trabajadores.
El presidente Petro ha presentado las propuestas con los estudios correspondientes, para justificar ante el Congreso los cambios, teniendo en cuenta que en materia de empleo no hemos avanzado y mantenemos en niveles de dos dígitos la desocupación, pero lo más grave es la informalidad que todos reconocen está por encima del 60%. Es decir, millones de colombianos viven del rebusque, en las ciudades, en el campo y en las vías nacionales donde la miseria es evidente. La oposición responde con elucubraciones, no sustentadas y tampoco reconocen que manejaron el país con irresponsabilidad, destinando recursos para obras faraónicas que en muchos casos dejaron abandonadas, para carreteras sin terminar y sin el mantenimiento adecuado cuando es un deber de cualquier gobierno apropiar los recursos para construir y para las obras complementarias y el mantenimiento de infraestructura y vías. En otros casos la corrupción se llevó gran parte de ese dinero y todavía no hay responsables en muchos casos escandalosos. “Como dice Tom Peters, experto internacional en administración de empresas, ” Si no se puede medir, no se puede administrar”. Cuando se mide el desempeño, el desempeño mejora. Cuando el desempeño se mide y se informa, la mejora se acelera”. https://home.ubalt.edu/). Los modelos que toma la oposición no corresponden al mundo real, pues el sistema o la institucionalidad, como ellos la llaman han sido creados para servir a los más ricos y no a los más pobres. Es decir, para favorecer al 5% de la población y no al 95%.
No se puede votar por una oposición falta de intelectualidad para cuestionar a un gobierno porque no es a base de escándalos y mentiras como se combate el progreso, el cambio, la racionalidad. “Lo mejor es aprender el proceso de toma de decisiones para decisiones complejas, importantes y críticas. Las decisiones críticas son aquellas que no pueden ni deben tener objetivos incorrectos, debemos preguntarnos: ¿qué es lo más importante que estoy tratando de lograr en este caso?”. Cambiemos a la oposición por personas lógicas, coherentes y organizadas para lograr el país que queremos. Hagamos y dejemos hacer, que ya tendremos tiempo de corregir los errores a lo largo del camino.
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