LA DURA POLITICA

Los estudios de los aportes a los partidos políticos colombianos demuestran que los poderosos de Colombia no le ayudan ni le aportarán dinero a la izquierda del país, pues todos sus amores están concentrados en los partidos liberal, conservador, cambio radical y partido de la U. Esos 4 partidos sostienen el establecimiento que se ha encargado de dirigir toda la normatividad nacional a consolidar y defender a los ricos. Los pobres no tiene acceso a la justicia y para la muestra el fortalecimiento que han registrado los tribunales de arbitramento que son la justicia más cara de Colombia y que solamente puede ser pagada por millonarios. Eso está en contravía de lo que sostiene el Consejo de Estado, que en el caso particular del Gobierno no puede escoger su propio juez, pues para eso tiene el Juez natural que está en la justicia contencioso-administrativa. Pero cuando quieren beneficiar a los particulares contratistas, los funcionarios públicos camino a la corrupción, pactan tribunales arbitrales para que fallen negocios multimillonarios. Casi siempre lo hacen en contra del Estado.
La democracia no nace por la decisión del propio pueblo. Las ciudades de la antigüedad eran pequeñas monarquías. Solamente existía la voluntad de quien mandaba, los demás obedecían o eran sacrificados o encarcelados. En Grecia y Roma mandaban los dueños de las tierras o los generales de los ejércitos. Es decir, la riqueza o la fuerza. Para que el pueblo llegara a los cuerpos democráticos que se institucionalizaron después del mandato de Clístenes en Atenas hubo que pagarles a los pobres algunos emolumentos, porque los ricos vivían del trabajo de sus esclavos. Por eso nacen las dietas o sueldos, que son los pagos que se hacen a los integrantes de Concejos, Asambleas, Congresos o Parlamentos por su trabajo. Hoy las personas que se hacen elegir se apoyan en los ricos que son los que hacen grandes aportes, entregan dinero a los partidos, pero también a los Congresistas o Parlamentarios para que le aprueben leyes a su favor. Así se enriquecen más. Como el pueblo no tiene cómo pagarles las leyes casi nunca los favorecen.
Eso está pasando con las leyes de reforma a la salud, las pensiones y al régimen laboral. Los ricos entorpecen el cambio. Sus intereses pueden más que el derecho a la vida digna, al mínimo vital en pensiones, o a los buenos salarios. El Estado social de derecho es burlado, por quienes ostentan el poder real que son los potentados, los grandes empresarios y terratenientes. Esa es la dura realidad política de hoy que los pobres están condenados a resistir, a menos que se expresen con el voto en las elecciones contra tanta injusticia. Solamente así se les abrirán puertas a su propio mejoramiento personal, social y económico.

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