PRESIDENTE SIN RODILLERAS

“He propuesto un pacto de paz que no solo es con grupos armados, sino con esa sociedad de los privilegios para que permitan las reformas que marquen un camino de mayor justicia social. Esa es la paz. Aun la mano está tendida. Pero no piensen que este gobierno se arrodilla”. Así se expresó el Presidente Gustavo Petro para dejar claro que su promesa de paz total e igualdad deben hacerse realidad con ayuda o sin ayuda de los poderosos de Colombia. Ellos estuvieron acostumbrados desde la colonia a poner Virreyes y Presidentes, con apoyo de Congresos que elegían liberales y conservadores. Siempre defendieron privilegios y a veces le tiraban al pueblo migajas de poder y de presupuesto para calmarlos. Pero el mundo moderno es otra cosa. Las tecnologías de la información, las redes sociales y la inteligencia artificial facilitaron la llegada al poder de un mandatario dispuesto a jugarse todo por el pueblo colombiano más desfavorecido. 

Desde el mismo día de la elección empezó la campaña de desprestigio contra el gobierno y sus funcionarios; por una u otra cosa a la derecha y a los ricos nada les gusta: ni los cambios en la fuerza pública, ni los nombramientos de ministros, ni las propuestas legislativas, porque derrumban el imperio que ellos montaron. Quieren que les dejen el imperio opresor que ellos crearon y que han mantenido con el chantaje del dinero. El apoyo a las campañas políticas siempre ha estado enmermelado y esas donaciones se recuperan con contratos públicos. Pero, además, con la entrega del poder nacional a grupos económicos y a clanes regionales que hoy se ven amenazados por las decisiones del nuevo gobierno.

No arrodillarse es ejecutar el programa de gobierno, con o sin el apoyo de los partidos tradicionales y de las castas empresariales que hoy asustan desde los medios de comunicación de su propiedad. Si se reforma la salud hay peligro para la vida de los colombianos, pero no hablan del paseo de la muerte causado por sus EPS; si el Presidente dice que asumirá las funciones de las comisiones de regulación trinan hablando de apagón; si se habla de otras reformas en cualquier área del poder trinan advirtiendo el caos, pero no explican por qué el pais está en el desorden tan evidente que se encontró el Presidente Petro desde cuando asumió el poder. Señor Presidente ya sabe que la Constitución tiene normas para asumir poderes excepcionales como el estado de conmoción (Art. 213) y el estado de emergencia económica y social (Art. 215). Si el Congreso no funciona porque piensa en las próximas elecciones, el gobierno debe pensar de manera clara y efectiva en las próximas generaciones. Sin rodilleras sí se puede. ¿A la derecha extrema se le olvida que entre 1949 y 1991 Colombia vivió más de 30 años bajo estado de sitio?”. ¡Y cuántas barbaridades no se cometieron!. La historia no miente.

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