ULTIMA OPORTUNIDAD

El partido liberal, el Centro democrático, el partido de la U, Cambio Radical y los movimientos cristianos en su mayoría, van a apoyar a Federico Gutiérrez (Fico) como su candidato, para enfrentarlo en la primera vuelta presidencial, y posiblemente la única, porque se puede lograr una victoria del pacto histórico en esta primera ronda electoral. Todos los aliados de Duque y Uribe están convencidos de que esa unidad les dará el triunfo y que seguirán con el poder otros 4 años. Pero detrás de esas agrupaciones partidistas hay un pueblo que no se dejará manipular, porque los altos porcentajes de intención de voto se les están yendo hacia la izquierda. Los cambios de opinión de los votantes después de la pandemia cuando se evidenció el hambre en Colombia, ha llevado a quienes creen en los radicalismos, que es hora de ir hacia el otro lado del espectro ideológico con el fin de que se haga realidad el cumplimiento de los acuerdos de paz, que acarrean, por supuesto, el respeto a los derechos fundamentales y la vigencia de nuevas políticas para hacer cumplir los derechos sociales, económicos y culturales consagrados en la carta de 1991.

El Partido Liberal perdió la oportunidad de estar en el equipo del cambio social y económico y prefirió defender los privilegios institucionales que hoy tiene (puestos y contratos), pero olvidándose de los intereses populares que protegió desde su creación. Su objetivo inicial eran los trabajadores, las clases emergentes, por ello uno de los símbolos de ese renacer ocurrió en la administración de Enrique Olaya Herrera que triunfó bajo la dirección de Alfonso López Pumarejo, con el grito de campaña “el liberalismo debe prepararse para llegar al poder”. Y aquel cambio fue posible por las divisiones conservadoras después de medio siglo en el mando, la revolución social de la época, el hambre del pueblo y los desaciertos de los gobiernos conservadores. Fueron 16 años del régimen rojo hasta la división liberal protagonizada por Eduardo Santos y Gaitán que facilitó la llegada nuevamente al poder del conservatismo en cabeza de Mariano Ospina Pérez.

La historia es paradigmática y lo que está pasando augura que en 2022 habrá transformaciones de fondo en el manejo del poder en Colombia, porque los signos de los tiempos están dando al pueblo una nueva visión de sus derechos y reivindicaciones. El Expresidente Cesar Gaviria tiene el control del partido y lo dividió, pero lo más grave, dejó al liberalismo sin bases populares que era su fuerte frente a los demás partidos. Hoy con el descenso de la clase media y la ausencia de ricos activistas liberales, es muy difícil llegar al poder o mantenerse en él. La oferta social y económica del pacto histórico está llenando de esperanzas a la mayoría de los electores y a pesar de las alianzas de los 4000 capitalistas colombianos para no dejarse quitar su alarmante cantidad de privilegios (exenciones de impuestos y contratos de infraestructura), la votación a favor del pacto histórico será tan abrumadora que  será imposible desconocerla.

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