PARTIDOS ALTERNATIVOS

Los partidos alternativos se están enfrentando a los viejos partidos colombianos: Liberal, Conservador, Cambio Radical y Partido de la U. Los dos últimos son divisiones del gran partido liberal que delineara Ezequiel Rojas en 1948 y enaltecieran expresidentes como Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, por mencionar solamente algunos de los más reconocidos por la historia. Más adelante debemos hacer un breve recorrido por los éxitos y fracasos de todos, antes de las elecciones presidenciales, para demostrar que las teorías de los buenos y malos gobiernos vienen desde los primeros tiempos de nuestra independencia y que, además, son notorios los avances y retrocesos.

Tanto el partido liberal como el partido conservador perdieron las ganas de tener presidentes de la República, gracias a que hoy todo se define en una segunda vuelta, salvo contadas excepciones que se han dado y seguirán presentándose, cuando algún líder sepa cautivar a las grandes mayorías que son las personas del pueblo raso y no los grandes capitalistas. Por eso un buen candidato debe ser, en primer lugar, un gran lector y, en segundo lugar, un conocedor de la historia política y administrativa de Colombia. De esos conocimientos sobre la patria pueden destacarse dos conclusiones: que la división es fatal para cualquier partido que desee aspirar a la Presidencia; que hay cuatro o cinco ideas principales en la opinión nacional, sobre las cuales siempre se debe hablar: la paz y la guerra, riqueza y pobreza, pleno empleo e informalidad laboral, crecimiento de la burocracia o fijar como premisa el mérito, y, hoy por la actualidad mundial, izquierda y derecha.

Guerra y Paz. Las batallas siempre son malas cualquiera sea el resultado; la paz por imperfecta que sea es mejor que una contienda bélica. Lo primero que debemos afirmar es que cuando se habla de derechos fundamentales, la propia Constitución empieza por el derecho a la vida en el artículo 11, declarándolo como inviolable. La Corte Constitucional ha dicho que “no se puede ser titular  de derechos sin la vida presente, pasada o futura.  Así, resulta la vida un presupuesto para el ejercicio de los demás derechos”. El Art. 22 consagra la paz como derecho y deber de obligatorio cumplimiento. Riqueza y pobreza. Colombia se declaró en el artículo 1º como República y como Estado social de derecho. Tiene como fines esenciales el servicio a la comunidad; promover la prosperidad general y garantizar los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución. (Art.2º). Por eso es tarea esencial del gobierno señalar políticas para que los ricos financien la prosperidad de los más vulnerables y que todos obremos conforme al principio de solidaridad social. (Art. 95)

Burocracia y mérito. No se trata de imponer el gobierno de los mejores, sino de darles oportunidades a todos. Que no solamente lleguen al gobierno quienes tienen “padrinos o parientes que les sirvan de palanca” para acceder al servicio público. La democracia rechaza los privilegios y se acerca más al sorteo como mecanismo específico de selección final. Pleno empleo e informalidad laboral. El gobierno debe tener políticas claras e indicativas de la manera como debe crearse y mantenerse el pleno empleo. Los subsidios deben ser temporales. El Congreso debe expedir el Estatuto del Trabajo. Pero no lo ha hecho desde 1991. Izquierda y derecha. Las ideologías extremas parecen atraer más a los votantes. Es una razón natural la alternancia de los ciclos. Dia y noche; verano invierno; primavera otoño; frío calor; tormenta y calma. No podemos, entonces, negar lo que la naturaleza nos enseña: todos podemos y tenemos derecho a gobernar.

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