LAS PENSIONES

Nada hay más denigrante para el ser humano que un niño no pueda estudiar y recibir servicios de salud o que un anciano deba soportar hambre y necesidades porque no pudo alcanzar a pensionarse. Miremos la historia de Colombia y veremos cómo las dos grandes bonanzas, la cafetera y la petrolera, las despilfarraron los gobiernos de turno y no dejaron fondos especiales para atender necesidades como estas mientras los funcionarios responsables de esos sectores se daban la gran vida. Alto nivel de despilfarro en vez de asignar recursos para que los niños y los ancianos jamás tuvieran que soportar la indignidad de la calle.

Las pensiones de los mayores y los aportes que hace el Estado para atender las necesidades de los niños son intocables. Las primeras porque son un derecho adquirido y como tal han entrado al patrimonio de sus beneficiarios y están amparadas como cualquier tipo de propiedad. Los subsidios porque el artículo 44 de la Carta Política señala los derechos fundamentales de los niños y el inciso segundo termina afirmando que “cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores”. El inciso tercero proclama: “los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”. Hay, entonces, líneas rojas en estos dos temas.

El debate sobre las pensiones tiene que empezar por donde es: 1.- El Estado en todos los niveles dejó de pagar las sumas que le correspondían por concepto de seguridad social; 2.- El Gobierno jamás le dio importancia al tema pensional; 3.- Los mejor pensionados del país son los excongresistas y los congresistas en ejercicio, porque ellos siempre han  legislado en causa propia; 4.- Después de estos siguen los sistemas especiales, como la justicia y Ecopetrol, que se han impuesto sin estudios de ninguna naturaleza ni justificación técnica. Son producto de “micos” legislativos. Por eso un excandidato ya retirado por haber perdido la consulta de su coalición expresó en una entrevista: “el sistema de pensiones en Colombia es un desastre” (El Tiempo, 01/02/2022)

Hay tres puntos que a veces no se tienen en cuenta: 1.- Los altos costos administrativos de COLPENSIONES, pues mientras a los pensionados les pagan mesadas de hambre los directivos de esa entidad ganan millonarios sueldos y gabelas. Esos datos deberían ser transparentes y cada año publicarlos en la página Web. Pero les da miedo que los beneficiarios se enteren de esas cifras salariales y prestacionales; y qué tal si al mismo tiempo se revisan los contratos con abogados que celebra la UGPP para demandar a los jubilados para quitarles parte de sus mesadas. 2.- Los cambios introducidos al Decreto 2555 de 2010, con los Decretos 1385 de 2015, Administración Santos y 1393 de 2020 Administración Duque solamente favorecen a quienes pueden hacerse autopréstamos con los dineros de las pensiones para invertirlas en infraestructura a través de las Alianzas Público-Privadas.

Esas maniobras ponen en peligro los recursos que deben destinarse exclusivamente para el pago de mesadas y no para operaciones o actividades financieras riesgosas. 3.- Ver Sentencia C-250 de 2020, donde los intervinientes alegaron que esas normas solamente beneficiaban a los Fondos Privados de Pensiones. Fue declarado inexequible por la Corte Constitucional. Pregunta: ¿Quién pone en riesgo las pensiones? Ese Decreto de Emergencia (558 de 2020)  desmejoraba los derechos sociales de los trabajadores y disponía de recursos destinados a la financiación de las pensiones para fines distintos a ellas. El problema, entonces, no es Gustavo Petro sino la derecha gobernante en Colombia que es la que debe ser derrotada. Para la derecha la vida de los colombianos es un negocio, como el de la salud.

Se el primero en Comentar

Deja tu respuesta