ECONOMIA CRÍTICA

Los asesores en comunicaciones de la Casa de Nariño lanzan datos parciales sobre todo creyendo que los colombianos somos tarados o que no estamos al día en las noticias internacionales y en los comentarios nacionales de los expertos. Si algo vale en la digitalización moderna es la capacidad de investigación y selección de temas en los cuales todos estamos interesados y, a veces, somos expertos, más que ciertos funcionarios a quienes solamente les interesa un titular para hacer quedar bien al Jefe. Lo que nos preguntamos es ¿si el PIB crece más del 10% y los recaudos de la tributación fueron superiores a los $23 billones en el mes de enero/22, por qué ese dinero no se ve reflejado en los ingresos de los colombianos? Y tampoco el empleo crece, ni la capacidad de compra aumenta, ni la inflación cede.

Los datos que se ven descritos en la cifras de ocupación obedecen a trabajos precarios como los miles de contratos de prestación de servicios que entrega el gobierno por estas fechas previas al debate electoral, para congraciarse con sus amigos y, además, para afectar el resultado de la campaña política y también a los registros de aportes que hacen los trabajadores informales a la seguridad social personal, porque todavía tienen la esperanza de jubilarse. La tasa de desempleo está entre el 13% y el 14% según cifras oficiales, pero la informalidad laboral no baja del 60% según datos de la OCDE y el FMI, que muestran preocupación por esos datos. Lo que dicen los expertos, por ejemplo, es que comprar vivienda se va a convertir en un sueño y que los ingresos de los trabajadores formales no alcanzarán para surtir adecuadamente la canasta familiar.

La nueva cartilla de la OCDE indica que es necesaria una nueva reforma tributaria y que es preciso modificar el régimen pensional para que más personas accedan a ese beneficio. Esas dos propuestas por sí mismas acarrean una alerta masiva de quienes tienen la obligación de pagar impuestos y de los empresarios que saben que son ellos y sus 2000 empresas productivas las encargadas de seguir financiando el desarrollo nacional, la infraestructura y los servicios básicos de los ciudadanos. El otro punto clave es la manera como deben modificarse los 10 o 15 subsidios que se dan a las personas vulnerables, pues lo que debe incluirse en el presupuesto es dinero para un gran fondo que permita que cada colombiano pobre tenga lo necesario para sobrevivir y para emprender cualquier negocio que le genere ingresos a fin de atender las necesidades familiares y que no tengan que depender de las limosnas del gobierno. Y esos aportes deben ser vigilados para que cumplan su objetivo y que no se conviertan en politiquería barata o en vena rota de la corrupción.

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