LOS SIGLOS DE ORO. GOBERNANTES QUE HICIERON HISTORIA

La antigüedad distinguía a sus mejores hombres por los resultados en favor del pueblo y no por el dedo de un jefe todopoderoso que impone y dispone de la supremacía del Estado en favor de sus parciales y no de toda la sociedad. Escogí cuatro periodos de la historia como los más representativos en hechos concretos a favor de la persona humana, por la sabiduría de sus gobernantes y por su entusiasmo y eficacia en el logro de objetivos magníficos y esplendorosos, que llevaron al conjunto de sus habitantes a llamar esos tiempos como parte del siglo de oro de sus territorios. El primero de ellos Pericles de Atenas (461-429 a. C.), quien desarrolló el proceso de democratización política iniciado por su antecesor, Efialtes, y activó la economía y la vida cultural de la polis. De él se dice que gobernó sabiamente, vigilando las cosas de la ciudad Estado de manera segura, y que fue bajo su mando que conoció el mayor apogeo. Luego, podemos citar al Emperador Trajano, uno de los más populares de la historia de Roma, porque llevó al imperio a su máxima expansión, emprendió un gran programa de obras públicas y reformas sociales, y se hizo célebre por su talento para gobernar. Todas sus cualidades le valieron el título de “Optimus prínceps”, el príncipe perfecto. En el renacimiento la mayoría de los reyes y regentes apoyaron la difusión de ideas humanísticas que determinaron una nueva visión del hombre y del mundo y promovieron las artes, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por el antropocentrismo. Y entre los siglos XVI y XVII, Solimán el magnífico, se expandió por 3 continentes controlando una parte importante del sureste europeo, el medio oriente y norte de África. Al parecer el denominador común para el desastre de todos los imperios fueron los altos tributos, el descontento de la sociedad por la falta de alimentos, las guerras civiles, el gasto excesivo en los lujos de las cortes y el abuso del poder.

Ahora evaluemos a Colombia: el Presidente Duque tenía todo a su favor cuando lo eligieron. Según informes del Diario económico La República, recogidos de fuentes oficiales entre 2010 y 2019 la economía colombiana tuvo tres años de crecimiento sostenido a tasas mayores a 5%. La mayor variación del PIB se logró en el tercer trimestre de 2011 cuando aumentó 8,6%. A partir de 2014 el alza se ha mantenido en 3%. Encontró un proceso de paz avanzado que trató de frenar y lo ha logrado; inició sus ataques a la JEP; no consolidó una política de ocupación de territorios con la fuerza pública y la muerte de líderes sociales y exFarc, lo han marcado como un gobierno sin avances en seguridad; su plataforma de gobierno no se ha cumplido ni en un 40%; el cumplimiento de los acuerdos de paz es criticado por sus beneficiarios  y la víctimas; continúan las masacres y los desplazamientos; el narcotráfico no tiene control; la pandemia no fue asumida como un reto científico y gerencial, sino político, los empleados de la salud dicen que les adeudan salarios y las EPS no tienen recursos para cumplir sus compromisos; los ministros son personas sin arraigo social en las regiones y el 80% de ellos son calificados como poco ejecutivos con notas menores a 3 según las encuestas; Providencia sigue sin reconstruir sus casas; el Presidente tiene desfavorabilidad superior al 70% y las cortes y el congreso están casi en el mismo nivel infortunado. ¿Podemos decir que este gobierno fue bueno para Colombia? Si seguimos enumerando las falencias no quedará títere con cabeza como decían las abuelas. El estallido social de los jóvenes, los heridos y las muertes nos hacen recordar a Pericles cuando decía después de una guerra: “la ciudad ha perdido a su juventud es como si el año hubiese perdido su primavera”. Una frase justa y expresiva para lamentar lo que vivimos hoy.

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