APOYAR A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El próximo 3 de mayo celebraremos el día mundial de la libertad de prensa que fue establecido por la Naciones Unidas “como una ocasión anual para denunciar ante la ciudadanía mundial las violaciones que se cometen contra la libertad de prensa, a los regímenes que coartan el ejercicio del periodismo libre y recordar a los reporteros que a lo largo del año perdieron su vida en el ejercicio de su profesión. La ONU recuerda que la declaración universal de los Derechos Humanos recoge en su artículo 19 la libertad de expresión sin trabas y que el periodismo es una de las principales manifestaciones de dicho derecho.”

Y si bien muchos de nuestros derechos, como el de expresarnos libremente, hacen parte de la naturaleza del hombre, en algunas latitudes los poderes gubernamentales y privados presionan a los medios y a los periodistas para que las noticias, informaciones y opiniones les sean siempre favorables, a pesar de sus malos oficios como administradores públicos o como gestores privados. A veces la fuerza sobre los medios se concreta en simples amenazas y, otras, negándoles el apoyo publicitario que dan a los amigos a manos llenas.

La Corte Constitucional ha desarrollado interesantes jurisprudencias propias y/o extendidas de tratados internacionales, que incorporan ese derecho a otro más amplio, y que conforman el conjunto de derechos de las personas a beneficiarse de la cultura, lo que implica deberes correlativos del Estado. Entre las obligaciones de los Estados, se señala que éstos deben tomar medidas para la conservación, el desarrollo y la difusión de la ciencia, la cultura y el arte. Igualmente, los Estados deben respetar la libertad para la investigación científica y para la actividad creadora y fomentar la mayor cooperación internacional en este campo.

Nuestro ordenamiento constitucional tiene previstos varios artículos, para custodiar algunas libertades, especialmente en los artículos 20 (libertad de pensamiento y de expresión), 27 (libertad de enseñanza y de investigación), 61 (protección de la propiedad intelectual) y 70 a 72 (protecciones especiales a la cultura). Reglas no nos faltan, pero una cosa es lo que ellas afirman y otra lo que desde el poder se ejecuta.

Por causa de la actual crisis que soportamos (parálisis de la actividad vital y productiva), tenemos la evidencia de que los periódicos, revistas y otros medios de comunicación viven al día, como muchos de nuestros compatriotas y los de otras partes del mundo, y por eso necesitan ayuda económica urgente. Sus nóminas son grandes, sus gastos administrativos también y no se diga los equipos e instalaciones que deben comprar para mantenerse a la vanguardia tecnológicamente.  Es urgente, entonces, que todos los gobiernos acudan a salvaguardar las libertades que se perderían por no tener medios de comunicación aportando a la cultura y a la protección de las libertades en todo el mundo.

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