URIBE NO ES LA PATRIA

La inteligencia artificial dice: “La idolatría, en su sentido más básico, es la adoración o culto a ídolos o imágenes. Sin embargo, también puede referirse a un amor o admiración excesivos y exaltados hacia algo o alguien, que desplaza a Dios u ocupa su lugar en el corazón de una persona”. Pues bien, en Colombia algunos sectores, especialmente el Centro democrático, partido fundado por el mismo líder, cree que el exsenador Uribe, hoy condenado, condensa todos los valores de los colombianos, lo cual es una falacia. Están elevando a los altares a una persona común y corriente, que antes de ser elegido y luego como mandatario, juró y prometió en reiteradas oportunidades “acabar con la guerrilla colombiana”, cosa que no pudo cumplir, porque los hechos son la prueba de que las palabras se las lleva el viento”. Hay en las redes sociales miles de escritos y pronunciamientos del líder hoy condenado, donde afirma estos hechos y además expresa que si es necesario cambiar la Constitución para que los exmilitantes guerrilleros lleguen al Congreso se hará.

No obstante su fracaso en tal parte de su programa en dos periodos presidenciales, insultó a Santos por haber firmado los acuerdos de paz, que le valieron el Nobel de paz, seguramente por la envidia de que fue a otro y no a él a quien la comunidad internacional reconoció como el verdadero líder de la paz. Su frustración parte del entorno sicológico de su propia persona que repite que la guerrilla asesinó a su padre. Cosa que es desmentida por otros testigos de la época, incluso por la divulgación de documentos secretos del gobierno de los Estados Unidos, desmentidos por el expresidente, hoy condenado, donde afirman: “El documento sugiere que Álvaro Uribe Vélez tenía en ese entonces relaciones con el narcotráfico y el Cartel de Medellín, que su padre fue asesinado por sus relaciones con los narcotraficantes, que era amigo personal de Pablo Escobar y participó en la campaña que llevó a este a la Cámara de Representantes como segundo renglón de Jairo Ortega, y que, como Senador, Uribe se opuso al tratado de extradición.”

No puede olvidarse que lo hecho por Santos hace parte de la Constitución Política Colombiana, pues a través del Congreso se expidieron Actos legislativos y leyes, para desarrollar el proceso de paz, que aún están vigentes y que tuvieron un retraso en el Gobierno Duque que, seguramente por instrucciones de Uribe, ralentizó el proceso suspendiendo pagos y garantías. Hace rato, pues, podríamos tener el país en paz, si “el iluminado” Dr. Uribe hubiera ayudado a conseguir ese objetivo, pero al parecer sus antiguos vínculos le han impedido trabajar por Colombia en la recuperación de la paz y prefiere la guerra, las muertes de colombianos y la destrucción de la economía, que sentarse con el actual gobierno a diseñar una política hacia el futuro para devolverle a los colombianos una tierra donde abunda la “leche y la miel”, como se decía de la tierra prometida. La patria, somos todos, no una persona, por importante que sea.

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