El candidato del pacto histórico representa diversidad y exhibe una amplia experiencia a nivel nacional, mucho más avanzada que la de los otros candidatos, especialmente Federico Gutiérrez, candidato del Uribismo y de la derecha colombiana que ha gobernado en Colombia durante los últimos años. El caso de Rodolfo Hernández es un ejemplo de que a pesar de estar solo en la contienda ha avanzado pero las maquinarias no le serán favorables para mover el electorado que lo ponga en segunda vuelta, si esta se da. Gustavo Petro es Economista de la Universidad el Externado de Colombia, con – Especialización en Administración Pública de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP), ha sido concejal, Personero, Representante a la Cámara durante 2 periodos, Senador en 2 periodos, Alcalde de Bogotá, y dos veces candidato a la Presidencia de la República. Conoce bien el país y la administración pública y se mueve adecuadamente en el legislativo. Además, ha afrontado en tres oportunidades los retos que implica ser candidato al primer cargo del país. El 93% de los encuestados lo conocen.

La única experiencia de Fico Gutiérrez es haberse desempeñado como concejal y Alcalde de Medellín, pero no sabe cómo funciona el poder legislativo, ni ha tenido votos propios para llegar a una Corporación Nacional o para jugársela como candidato. Todo lo que le va a llegar es prestado por las casas políticas regionales, por lo cual se le endilga poca experiencia con el poder nacional, que es muy diferente al local, especialmente en coyunturas como las actuales cuando Colombia funge como país globalizado y vinculado a políticas internacionales vibrantes que exigen dimensionar las decisiones que debe tomar un Presidente en funciones. Su cargo de ingeniero civil, poco le aporta al complicado engranaje del sector público, donde se exigen dotes de estadista. Su gran hazaña fue haber logrado el apoyo Uribista y el de los partidos que no quieren perder la contratación estatal y el manejo del presupuesto, que es de lo que viven, y tampoco desprenderse de la nómina oficial donde han soportado su poderío a lo largo del tiempo.

Colombia tiene retos importantes, como negociar con el gobierno de Nicaragua el acceso de los raizales de San Andrés y Providencia a su zona económica exclusiva, procurar la apertura del comercio internacional con Venezuela después del fracaso de Duque por desmontar del poder a Nicolás Maduro y, especialmente, recuperar la paz total del territorio colombiano. La capacidad dialógica y estratégica de Petro es mucho más ventajosa que la de otros candidatos en esta contienda. Se dirá que Fico Gutiérrez pondrá buenos asesores, pero hay que replicar que un Presidente no puede estar en manos de subalternos para tomar medidas de gran envergadura cuando se está en momentos de crisis. Véase el ejemplo del saliente Iván Duque.  El gran éxito de la política social de Petro en Bogotá le permite mostrar que el candidato más votado en la Capital del país es él, a diferencia de Fico Gutiérrez que escasamente muestra los pocos más de 200 mil votos para la Alcaldía y los votos de la consulta, producto de sus alianzas con sectores partidistas y empresariales.

El pueblo, entonces, al lado del pacto histórico puede alcanzar la victoria en primera vuelta si los votantes son conscientes de que la pluralidad de apoyos para lograr el cambio económico, social y político es más importante que la convergencia de la derecha, que solamente procura mantener el statu quo, la inmutabilidad política y el aprovechamiento de las instituciones a base de componendas personalistas con caciques regionales alejados del bien común. El cambio, por tanto, es en la primera vuelta.