DELITOS ELECTORALES

La campaña del 2026 ya empezó y los que carecen de votos están usando argumentos ladinos para engañar a los electores. Por eso el Presidente tiene razón cuando advierte que el contrato con Thomas Greg contiene advertencias para los movimientos progresistas pues el manejo de la Registraduría hace recordar los tiempos aquellos donde se decía sin pudor: “el que escruta elige”. Algunas veces se roban las elecciones de frente como cuando derrotaron a Rojas Pinilla haciendo acostar a los colombianos a las 8 de la noche, mientras los jurados seguían contando votos. Al final ganó Misael Pastrana el último hijo del llamado frente nacional. Los acuerdos entre liberales y conservadores tenían que cumplirse por encima de la Constitución y de la ley. Y las Instituciones hicieron el trabajo sucio.

Está demostrado que si el Presidente Petro no hubiera tenido testigos electorales en una gran parte de las urnas, le habrían robado el resultado, pues aparecieron 500.000 votos que al comenzar el escrutinio no se sumaron pero que gracias a las operaciones matemáticas de los resultados del E14 aparecieron. Y donde está el problema: pues en que el Registrador siempre ha sido del bando de la derecha excluyente, que manipula resultados y hace aparecer vivos a los muertos de antaño o suman los resultados con equivocaciones para el bando de los que apoyan al Registrador Nacional. En realidad en Colombia no hubo una oposición organizada hasta cuando apareció Petro en el escenario nacional e hizo temblar las galerías con sus 11 millones de votos, el escrutinio más alto en la historia de Colombia.

La otra advertencia del Presidente fue cuidar las urnas de los delincuentes que compran conciencias y que viven de violar el código penal prevalidos de que la impunidad prevalecerá y que nadie será condenado por cometer tales abusos. Para las elecciones del 2022 “el descrédito de la Registraduría aumentó cuando el candidato presidencial de la coalición Pacto Histórico, Gustavo Petro, dijo en su cuenta de Twitter, el día después de las elecciones, que a su agrupación política no se le contabilizaron votos en 29.425 mesas. “El intento de ocultar votos es gigantesco y sistemático”, alegó en esa ocasión. Rápidamente otras figuras afines a Petro como el senador Gustavo Bolívar e influenciadores de redes sociales calificaron los hechos como fraude electoral.”

Hay 16 conductas típicas en el Código penal colombiano bajo el título XIV, del libro II, “Delitos contra mecanismos de participación democrática” pero son pocas las condenas, pues los candidatos saben que en el pueblos los jueces no los van a condenar, alegando falta de pruebas, o que la Fiscalía no los acusará porque tiene tanto negocios que un voto más un voto menos no vale la pena investigarlo. Y así, la impunidad y la neblina con que se obra en la justicia, permiten que los datos estadísticos sobre delitos por los cuales hubo condenados ni siquiera aparecen en los registros públicos. El Presidente tiene el deber de ordenar a la policía que se haga el máximo esfuerzo por capturar a los compradores de votos, que se indaguen las contabilidades de los banqueros y grandes contratistas. El dinero en efectivo siempre sigue un camino corrupto y ese camino deja huellas, y muy grandes, para capturar y condenar a los delincuentes de cuello blanco, que roban elecciones sin pudor. Y desde el gobierno tiene que empezar la campaña de prevención alertando sobre las consecuencias penales de tales delitos para que los que sabotean la participación democrática sean capturados y llevados a la cárcel.

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