Ninguna sociedad debería estar dividida por opiniones políticas que generen odio. La diversidad de pareceres o ideas siempre han establecido a la persona humana como árbitro de toda la naturaleza. Su inteligencia y su espiritualidad lo han puesto a través de la historia como rey de la creación (o de la evolución dirán otros). Pero cualquiera sea el origen del ser humano la diferencia entre éste y los animales se encuentra en la capacidad para el lenguaje articulado, el pensamiento abstracto, la autoconciencia, la creación de cultura y tecnología, la noción consciente del futuro y la capacidad de transformar el mundo en lugar de solo adaptarnos a él, gracias a nuestro intelecto avanzado, imaginación y conciencia moral, elementos que van más allá del instinto biológico que compartimos con otros seres.
Por eso es increíble que el periodismo y los medios de comunicación, las redes informativas y todos los demás canales de transmisión de pensamientos y actos humanos sean los encargados hoy de atizar la violencia contra quienes piensan diferente. El mundo no puede estar bajo el mando de las mismas ideas. La diversidad de pensamientos enriquece y hace de la sociedad un grupo multicultural y multifacético. El fin del periodismo es informar veraz y objetivamente a la ciudadanía sobre lo que pasa y entretiene a todas las sociedades, actuando como un contrapoder democrático, educando comunidades y fomentando la libertad de expresión y el acceso a la información, mediante la investigación, contraste y difusión de hechos de interés público, para que las personas puedan formarse un criterio propio y participar activamente en las decisiones que los afecten.
Según las Naciones Unidas el discurso del odio se expande por todo el mundo. “En respuesta a las tendencias alarmantes de aumento de la xenofobia, racismo e intolerancia, misoginia violenta y odio por asuntos religiosos, políticos o culturales en todos los países, la ONU está construyendo una estrategia desde 2019 que enfatiza la necesidad de contrarrestar el odio de forma holística, al tiempo que se respete la libertad de opinión y expresión y de colaborar con las partes interesadas incluidas las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación, las empresas tecnológicas y las plataformas de redes sociales.” (https://www.un.org/es/hate-speech).
Construir la paz con el diálogo implica escuchar activamente, con empatía y respeto mutuo para entender al otro, identificar necesidades y llegar a acuerdos, transformando conflictos en oportunidades de convivencia; se trata de un proceso de comunicación sincera que busca puntos en común y reconstruye relaciones, fomentando la no violencia a través de la palabra y la acción creativa. Pero lamentablemente periódicos y canales de pensamiento como la televisión son usados por sus propietarios y algunos periodistas para aumentar la violencia, las guerras y el caos como parte de estructuras politiqueras y desestabilizadoras de la sociedad. Recapacitemos!
Se el primero en Comentar