Uno de los problemas que tiene la administración pública es que hay mucho aprendiz y pocas personas que se hayan dedicado a hacer un ejercicio serio sobre administración pública. De hecho, su ejercicio no solamente requiere un amplio bagaje en el conocimiento del derecho público colombiano sino, además, haber tenido la experiencia de ser alcalde, gobernador o Ministro. Y si se ha tenido la fortuna de estar en todos los anteriores cargos mucho mejor, porque se conocen los tres niveles de la administración cuyos problemas son totalmente diferentes. Ahora bien, el Centro democrático tiene a tres senadoras en campaña por la presidencia y ninguna de ellas ha tenido adoctrinamiento sobre materias específicas de administración en los cargos mencionados, lo cual auguraría un total fracaso en sus gestiones en el primer cargo administrativo del pais.
Muchos esgrimen la tesis de que si uno se asesora bien, con ese complemento intelectual es suficiente, pero no es así. Saber de las materias y poder tomar decisiones en todos los campos donde sea necesaria la sabiduría del presidente es requisito indispensable para el éxito de la gestión. No es lo mismo que le digan a uno haga esto o aquello a que uno ordene que se haga esto o aquello, porque el conocimiento teórico y la experiencia le han dado las herramientas para decidir qué es lo bueno y lo malo, o lo más conveniente para los intereses del pais. Por eso la entrevista de la Senadora Valencia a diversos medios, manifestando su deseo de llegar a la primera magistratura de la Naciòn, no convence por los argumentos generales que presenta, lo cual denota la falta de experiencia para tan alta dignidad.
De todas manera por su procedencia política es bueno que sepa que el problema colombiano no es la economía, sino la corrupción y la violencia, que deben ser exterminadas del territorio patrio para que la economía crezca al 5% del PIB, pues una cifra menor no nos sacará de la pobreza, ni en 100 años. Además, que nos explique cómo indemnizará a las víctimas de los falsos positivos y a los demás afectados por la violencia guerrillera, paramilitar y del Estado, para ir al fondo de las causas de la informalidad y la desigualdad en Colombia. El Centro democrático tuvo su responsabilidad en la creación y crecimiento de los grupos paramilitares, de los crímenes conocidos como “falsos positivos”, de la corrupción en el tema de la “yidis política”, de Agro ingreso seguro, de corrupción en política como los aportes de “la gata a la campaña de Uribe”, de las vinculaciones de congresistas a la politización de los paramilitares, y sobre ese tipo de corrupción y violencia nada ha dicho. ¿Será que la senadora cree que los colombianos tragamos entero?
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